Fui a Mesi como masajista y terapeuta tántrico capacitado y experimentado. Yo también aprendí masajes de Somananda, así que esperé con curiosidad. Debido a mi yo profesional, al principio no podía aceptar el masaje por completo, pero eso ha cambiado con el tiempo. Pronto consiguió crear una atmósfera íntima en la que la polaridad entre mujer y hombre creaba una tensión beneficiosa. Me sentí naturalmente seguro en sus manos. Nuestra conexión nos permitió poder vivir en un nivel espiritual. Pronto comenzó el flujo ascendente de energías, que tuvo un efecto beneficioso sobre mí en todos los niveles. Finalmente pude salir del punto de vista del „observador” y simplemente „viajé”. El agradable fluir acompañó al masaje. Como el principio básico de este tipo de masaje es encarnar plenamente la continencia erótica (preservar las energías eróticas), no podemos hablar de un „final” tradicional. Tuve una energización completa del chakra raíz, que proporcionó una gran base para futuras experiencias. Mis extremidades estaban rodeadas de un hormigueo constante. Se sintió bien cuando logré llegar al estado en que los chakras inferiores ya no requerían más estímulos. Después de eso, la parte superior de mi cuerpo casi se separó de mi cuerpo físico. No tengo palabras para describir esta experiencia, y tal vez no sea lo mismo para dos personas, así que no lo intentaré.